El Bigfoot de Patterson
Una de las criaturas misteriosas más conocidas es el Bigfoot («Pies Grandes») de los bosques del oeste de Norteamérica, de este Yeti americano (conocido como Sasquatch por los indios de la zona) se conoce una filmación efectuada a una hembra, como se dijo entonces, el 20 de octubre de 1967 a las 13.15 horas por Roger Patterson y Bob Gimlin en Bluff Creek (California).
Como dice Richard Milner en su Diccionario de la Evolución:
En diciembre de 1971, un fotógrafo aficionado llamado Roger Patterson afirmó haber rodado una película doméstica de un Sasquatch en Bluff Creek, en el norte de California. El filme fue estudiado y analizado minuciosamente por expertos, que revisaron fotograma por fotograma las zancadas del bípedo, el ritmo de sus pasos, su estatura y cualquier otra circunstancia posible para determinar si se trataba realmente de un Sasquatch o, simplemente, de una secuencia confusa de un hombre disfrazado de mono.
El profesor D. W. Grieve, experto en biomecánica, escribió:
«Mi impresión subjetiva ha oscilado entre la aceptación total del Sasquatch, basándome en que la película era de difícil falsificación, y un rechazo irracional fundado en una respuesta emocional a la posibilidad de la existencia real del Sasquatch. Creo importante decirlo, pues otras personas han reaccionado de manera similar ante la película.»
En otras palabras: no supo a qué conclusión llegar sobre aquel asunto.
El profesor Grieve, como se dice en el texto, no se aclaró y al no poderse demostrar el artificio, es real. Menudo racionamiento es éste como lo defienden los expertos de la supuesta Ciencia de la criptozoología, y como expone Eduardo Ángulo en su reciente libro Monstruos. Una visión científica de la criptozoología, sobre uno de los varios estudios de la escena:
El equipo de expertos de la Film Technical Division de Walt Disney declaró que la grabación seguramente es veraz porque consideran que es muy difícil de falsificar. Este es un ejemplo típico de la demostración por negación de la contraria posibilidad, tan habitual en criptozoología: como no se puede demostrar que la película es falsa, es auténtica. El doctor Dimitri Donskoy, del Instituto Central de Cultura Física de Moscú, y el doctor John Napier, del Programa de Biología de Primates de la Smithsonian Institution de Washington, están de acuerdo en que la película no es una falsificación y que no se detecta nada, en el terreno científico, que revele una superchería. El doctor Osmand Hill, del Centro Regional Yerkes de Investigaciones sobre Primates, de la Universidad Emory de Atlanta, Georgia, dice estar convencido, después de verla con sumo detalle, de que deberían hacerse estudios adicionales con toda objetividad para decidir si la película es un fraude o no.
Al respecto, sobre otros estudios realizados, Lothar Frenz, expone en su libro El libro de los animales misteriosos:
Pero en 1998 un equipo cinematográfico de la BBC copió con convincente autenticidad la sensacional película de Patterson con un actor disfrazado, demostrando de ese modo que esas tomas eran muy probablemente una falsificación, una hábil escenificación de Roger Patterson que podría haber utilizado a su incauto acompañante Gimlin como testigo imparcial. Pero ¿por qué se comportaría de esa manera? Patterson llevaba ya mucho tiempo buscando al Bigfoot y en cualquier caso, más tarde vendió a buen precio las espectaculares tomas. Según esto, al menos la hembra Sasquath de Bluff Creek sería un espectáculo perfecto, el disfraz de piel hirsuta podría rivalizar plenamente con el modelo de «Giganto» [Gigantopithecus blacki] reconstruido en los talleres de Hollywood. A quien le desilusione esta visión desmitificadora del fenómeno le quedan todavía las innumerables huellas en los bosques carecientes de explicación para seguir aferrándose a lo increíble.
O como también dice Eduardo Ángulo, en su mencionado libro Monstruos:
Finalmente, en 1998, los criptozoólogos Cliff Crook y Chris Murphy han estudiado con medios informáticos de análisis de imagen cuatro fotogramas de la película y han encontrado un extraño objeto colgante que consideran de fabricación humana. Proponen que es algún tipo de cierre del disfraz. En conclusión, es una cremallera. También se dice que el disfraz lo fabricó John Chambers, galardonado con el Oscar al mejor maquillaje por El planeta de los simios. Quizá no sea cierto, pero por lo menos es adecuado. Para terminar, hoy también sabemos que dentro del disfraz estaba Bob Heironimus, embotellador del Pepsi-Cola, al que habían prometido mil dólares por hacer el antropoide un rato.
Fuente:
http://losdeabajoalaizquierda.blogspot.com/2008/02/el-bigfoot-de-patterson.html